Gestión del Divorcio

Un divorcio es una situación dolorosa y angustiosa, pero también puede ser una situación de alivio y descanso ya que, si hemos dado el paso es precisamente porque necesitamos un cambio drástico que nos permita rehacer nuestra vida de una forma más adaptada a nosotros mismos tras una relación de pareja que no ha funcionado.

Cuando acabamos una relación matrimonial, especialmente si la relación lleva mucho tiempo, puede provocar una sensación de desorientación, desamparo, angustia y ansiedad o incluso la pérdida de la propia identidad. Y no es algo que nos afecte sólo a nosotros, sino también a nuestros hijos en caso de tenerlos.

Lo primero de todo es tratar de centrarse en aceptar la situación y las emociones que estamos sintiendo. Cuando rechazamos la realidad o nos oponemos a los hechos dificultamos nuestra adaptación al cambio.

También es importante comunicarlo a los seres queridos, al principio a los más cercanos y poco a poco a las personas allegadas. Esto nos ayudará a gestionarlo mejor dado que obtendremos el apoyo de los que nos rodean y el saber que los demás lo saben normalizará la situación.

No dejes de realizar muchas de las cosas que hacías antes con tu pareja o por tí mismo. Es importante que tú sigas siendo tú independientemente de con quién estés. En situaciones de duelo, la pérdida de la identidad como pareja, la cual, muchas veces tiende a fusionarse con la identidad propia, se resquebraja y acabamos por sentir que nada tiene sentido. Para prevenir la cronificación de emociones negativas es importante y aunque no tengamos ganas, de que salgamos con amigos, sigamos con nuestros hobbies y no perdamos la sensación de identidad propia.

En caso de tener hijos, es imprescindible comunicárselo de forma adaptada a su edad y hacerles entender que ambos padres les queréis mucho y que vais a estar ahí para darles el apoyo que necesiten. Por otra parte, es necesario que los padres se pongan de acuerdo para mantener un régimen de custodia que beneficie a los menores y una educación que sea igual en ambos hogares para prevenir futuros problemas de conducta.

Si estás teniendo problemas para gestionar tu divoricio por cualquiera de las cosas que se han comentado anteriormente, te recomendamos que acudas a un especialista que te permita recobrar la normalidad en tu vida.