Frío Como el Hielo
Muchos habréis oído hablar de esta forma de ‘no comunicación’ llamada Ley del Hielo. Consiste en una expresión de violencia pasiva dentro de las relaciones de todo tipo: de pareja, de amigos, de padres, de hijos, etc. que consiste en realizar conductas destinadas a ignorar al otro, manteniéndose frío como el hielo de forma deliberada.
Este tipo de conductas ocurre tras la aparición de un conflicto que puede estar presente de manera consciente por ambas partes o no estarlo, dado que la víctima, a veces, no es consciente de la existencia de dicho conflicto, simplemente sufre el castigo impuesto por la otra parte. Ser ignorado por nuestra pareja, familiar o amigo, puede ser muy doloroso y cuanto mayor sea el vínculo afectivo, mayor será el estrés que produzca esta situación.
Es bastante fácil quedarse atrapado en pensamientos que traten de buscar explicación a las causas por las cuales sucedan estos silencios que pueden durar horas, días o incluso semanas. Al permanecer en ese estado de duda por lo que le ocurre a la otra persona, la víctima sufre por una simple falta de comunicación.
Las razones por las cuales ocurre este fenómeno pueden ser varias: Castigo, dificultad para gestionar las emociones, miedo al compromiso, forma de escapar de una situación, manipulación o chantaje e incluso llamar la atención. Es importante conocer cada caso a fondo para poder entender la causa y encontrar una solución, ya que el castigo o la manipulación no siempre tienen porqué ser el objetivo de la persona que realiza esta conducta, también puede verse motivada tras muchos intentos de comunicación frustrados, en los cuales, ha aprendido que no comunicar es mejor que intentarlo, provocando un daño secundario adicional.
Una terapia basada en la asertividad y la búsqueda de una comunicación sana por ambas partes son las claves para mejorar las situaciones relacionadas con La Ley del Hielo. No dejemos que nuestro vínculo se enfríe de esta manera, construyamos una forma sana de expresarnos.