¿En qué consiste la orientación al cambio?
Hacer la transición es el proceso con el que cambias tu aspecto y la manera en que las personas te ven y te tratan para convertirte en una persona del género que sientes en tu interior, y buscando una relación más saludable con tu cuerpo y mente. Este proceso puede significar muchas cosas diferentes. Puede incluir tratamiento médico y hormonas, que cambies tu nombre y/o los pronombres con los que te identificas, cambiar de apariencia y vestimenta, o comunicarte con tus amigos y familiares sobre como te sientes. Puede ser un proceso largo y continuo, o puede ser algo que ocurre durante un período corto.
No todas las personas transgénero hacen la transición, y no todo el mundo que decide transicionar lo hace de la misma manera. Algunas personas hacen una transición social y no médica. Otras personas quizás hagan una transición médica mediante uno o algunos de los procedimientos, pero deciden prescindir de otros. Hay personas que toman hormonas y deciden no hacerse cirugías, o simplemente eligen un tipo de cirugía de entre todas las que hay.
Hacer la transición es un proceso que incluye muchos factores (personales, médicos, de dinero, salud, etc.), por lo que, dependiendo de la persona y su situación, la transición puede ser diferente para cada persona. Por ejemplo, los procedimientos médicos pueden ser muy costosos, por lo que no todas las personas pueden pagarlos. Por último y más importante: no todas las personas trans desean someterse a todos los procedimientos médicos disponibles.
No es relevante si una persona transgénero elije hacer la transición o cómo decida hacerla, esto en ningún caso quiere decir que sea más “real” que otras personas trans que no pasan por ese proceso. Siempre debe de respetarse la identidad de género de una persona, sin importar de qué manera decide hacer la transición social o médica. Lo realmente relevante aquí es incidir en la importancia de la identidad de cada persona, más allá de el grupo en el que se encuadre. No todas las personas transexuales son iguales, como de igual forma no todas las personas heterosexuales son iguales, ni tan siquiera similares. Las personas solo se encuadran o categorizan por una serie de factores, en este caso es importante recalcar que una persona transexual es aquel o aquella que no siente que su género y sexo estén en concordancia. Partiendo de este punto la transición es un proceso que permite adecuar la apariencia para que coincida de mayor o menor forma con el género con el cuál se identifica la persona.
El proceso de transición ya de por sí conlleva tener la habilidad para afrontar y tomar la decisión, la orientación al cambio, pues, sería un proceso terapéutico mediante el cuál se dota de las herramientas necesarias al paciente para hacer frente a las decisiones y comunicación de estas, a todos los cambios internos y externos, estresores y factores ansiógenos y contextuales que se pueden dar en el proceso. Se ha de tener en cuenta que el proceso de transición conlleva, en muchos de los casos, medicación hormonal, que no siempre se adapta de la mejor forma al paciente y que puede incurrir con una serie de problemas o efectos secundarios como pueden ser: ansiedad, cambios de humor, irritabilidad, disfunción sexual, crisis de pánico. Es por este motivo, entre otros, que la terapia psicológica se sitúa como una elección más que sensata en el proceso de transición, tanto en fases iniciales como más avanzadas.