¿Cómo es la Terapia Familiar?
La terapia familiar es un método de tratamiento que intenta resolver conflictos o situaciones que atraviesa un grupo familiar; sirve para que sus integrantes expresen sus sentimientos respecto a un problema en la relación e intenten llegar a un acuerdo, siempre desde una óptica de comprensión y acercamiento a la realidad común. Es importante mencionar que uno de los principales objetivos de la terapia familiar es convertir las críticas destructivas que se manifiestan dentro del entorno familiar en algo constructivo.
Una de las principales corrientes y la que está más vinculada a este tipo de terapia es la corriente sistémica. Desde esta perspectiva se concibe a la familia como un sistema, conjunto de elementos cuya suma genera un resultado mayor a la simple adición de cada uno de ellos, naciendo de su interacción nuevos elementos, propiedades y características. Para la perspectiva sistémica el comportamiento y estado de uno de los componentes de la familia no puede entenderse de forma separada al sistema, por lo que el sistema influye en cada individuo y viceversa. La familia sería un sistema abierto, receptor de información proveniente del medio, viéndose afectada por el entorno e intercambiando información con él de cara a poder adaptarse y subsistir. Cada uno de los miembros se ve, pues, afectado por el medio. Desde el modelo sistémico no se pretende modificar directamente la conducta problemática, sino cambiar las dinámicas familiares y el patrón que lo provoca, facilita, o le da utilidad y sentido. Se busca un camino más indirecto para llegar un mismo fin, a la vez que se provoca una mejora y potenciación de las dinámicas familiares positivas y de las fortalezas tanto del sistema como de cada uno de sus componentes.
En aquellos casos en los cuales la hostilidad entre dos o más miembros es muy aguda, el terapeuta puede aconsejar que los pacientes sean tratados en sesiones separadas, además de en conjunto, a fin de ahondar en los conflictos individuales que llevan a cada uno a comportarse de un determinado modo frente al otro. Esto significa que las sesiones de terapia familiar no necesariamente incluyen a todos los integrantes del grupo. La decisión dependerá del profesional y de las necesidades de la familia.